Ciudad de México, 27 de mayo de 2024.- El Instituto de Humanidades de la Universidad Panamericana celebró en evento La democracia a examen: III Jornada de reflexión Humanista, que se llevó a cabo los días 8 y 9 de mayo, en las instalaciones de nuestra casa de estudios.
Democracia en México y sus desafíos
La conferencia inaugural fue dictada por la Dra. Mónica González Contró del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, quien abordó la situación actual de la democracia en México y sus desafíos.
La doctora hizo un recorrido histórico sobre la democracia en México, desde la Constitución de 1824 hasta la actual de 1917. Subrayó que el término “democracia” no era común en el vocabulario político mexicano hasta mediados del siglo XIX y que, aunque se reconocían algunos elementos democráticos, el derecho al voto estaba limitado a ciertos grupos, excluyendo a mujeres, niños e indígenas.
En 1917, la Constitución mexicana adoptó la idea de una república representativa, democrática y federal. Sin embargo, destacó que esta democracia ha sido históricamente limitada y excluyente, y aún hoy enfrenta desafíos significativos. La participación ciudadana es crucial, pero se requiere una ciudadanía más activa y participativa para fortalecer la democracia.
Resaltó la necesidad de repensar la democracia para que sea más inclusiva y participativa, más allá de las elecciones periódicas. La democracia debe ser un sistema de vida que implique el respeto a los derechos humanos y la existencia de contrapesos y órganos autónomos que garanticen estos derechos.
Finalmente, instó a los jóvenes a participar activamente y reflexionar sobre cómo mejorar y fortalecer la democracia en México, subrayando que esta debe ser más robusta y participativa para enfrentar los desafíos contemporáneos.
Mitos de la democracia
Durante la mesa panel Mitos de la democracia participaron de la Panamericana la Mtra. Julieta Rodríguez del Instituto de Humanidades, campus Ciudad de México y el Dr. José Luis Rivera Noriega de la Facultad de Filosofía, campus Ciudad de México. De igual modo estuvo el Dr. Juan Carlos Mansur del ITAM, quien fungió como moderador.
La Mtra. Rodríguez, presentó una ponencia sobre las concepciones erróneas en torno a la democracia, especialmente centrada en los principios de igualdad y libertad.
Inició su exposición recordando que la democracia, más que un sistema político, es una forma de vida que se basa en la igualdad y la libertad, citando a autores como John Dewey y Amartya Sen. Explicó que, en teoría, la democracia debería garantizar que todos sean iguales ante la ley y libres para vivir sus vidas conforme a sus deseos.
Sin embargo, argumentó que la igualdad en la democracia es más un mito que una realidad, ejemplificando con la situación en México donde persisten profundas desigualdades económicas, sociales y políticas.
De igual modo, discutió la “tiranía de la mayoría”, una idea desarrollada por Alexis de Tocqueville, advirtiendo que en una democracia las decisiones tomadas por la mayoría pueden oprimir a las minorías, imponiendo creencias y valores que perpetúan desigualdades. Esta situación convierte la igualdad en un espejismo y destaca la fragilidad de este principio en la práctica democrática.
La ponente concluyó afirmando que, a pesar de sus fallos, la democracia posee mecanismos para corregir sus propias desigualdades y errores, pero que para ello es necesaria la voluntad política. Destacó que la verdadera igualdad y libertad en la democracia solo pueden alcanzarse mediante un compromiso activo y crítico de la sociedad para mejorar y reformar continuamente sus estructuras.
La democracia ideal
En la continuación en el panel, el Dr. Rivera presentó una ponencia centrada en las críticas y limitaciones de la democracia desde una perspectiva filosófica e histórica.
Rivera desmitificó la idea de que la democracia es el mejor y más natural sistema de gobierno. Explicó que Rousseau creía que la democracia requiere condiciones muy específicas y difíciles de reunir, como un Estado pequeño y una gran igualdad entre sus ciudadanos. Sin estas condiciones, la democracia se convierte en un sistema impracticable y fácilmente corruptible.
Mencionó también a Maquiavelo, quien sugiere que todas las formas de gobierno, incluyendo la democracia, tienen defectos y pueden ser peligrosas si no se equilibran adecuadamente; y propone un sistema mixto que combine elementos de monarquía, aristocracia y democracia para contrarrestar las debilidades de cada una.
En su conclusión, destacó que la democracia no debe ser vista simplemente como un sistema de gobierno, sino como una forma de organización social que requiere un compromiso constante de los ciudadanos para mantener el equilibrio y evitar la tiranía de la mayoría. Enfatizó la importancia de tener contrapesos y mecanismos que permitan corregir los errores y abusos del sistema democrático.
Finalmente, llamó a una mayor reflexión y crítica sobre la democracia, instando a los ciudadanos a trabajar activamente para mejorar y perfeccionar este sistema en la práctica.
Viejas virtudes para una democracia reanudada
La conferencia de clausura titulada Viejas virtudes para una democracia reanudada, estuvo a cargo del Dr. Guillermo Hurtado del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. En su presentación, expresó que la democracia no solo debe entenderse como un sistema de gobierno basado en procesos electorales adecuados, sino también como una forma de vida fundamentada en tres ideales esenciales: libertad, igualdad y fraternidad.
Hurtado criticó cómo estos ideales han perdido su significado original y distingue entre la libertad positiva y negativa, destacando que la libertad negativa es esencial para alcanzar la libertad positiva. En cuanto a la igualdad, subrayó que la democracia se basa en la dignidad común de las personas, no en la igualdad de capacidades individuales o recursos.
Igualmente presentó la fraternidad como una virtud necesaria para equilibrar y orientar la libertad y la igualdad hacia un bien común. Mencionó que, aunque la fraternidad puede ser conflictiva, es fundamental para la cooperación y solidaridad en una democracia, misma que solo puede prosperar si el pueblo está unido y trabajando en conjunto para resolver problemas colectivos.
También abordó la crisis actual de la democracia, caracterizada por una falta de fe en sus ideales y una tendencia hacia el individualismo. De tal modo, propuso recuperar virtudes cristianas como la fe, la esperanza y la caridad en una versión laica para revitalizar la democracia.
Por último, argumentó que la democracia necesita ser vista como un ideal social y moral que debe ser adoptado con entusiasmo y firmeza, y que es crucial para su funcionamiento que los ciudadanos mantengan la fe en estos ideales.
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