Ciudad de México, 10 de enero de 2023.- La Escuela de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud llevó a cabo la presentación Como agua entre los dedos, libro escrito por la alumni María Fernanda Talayero García, con el que busca “regalar esperanza a las personas que pasan por dificultades que desestabilizan su vida”.
Fernanda Talayero
Fernanda explica que comenzó a escribir esta obra hace aproximadamente 12 años. “Cómo agua entre los dedos ha sido un recordatorio de grandes momentos de mi vida, empezando por esos extraordinarios instantes como enfermera y las experiencias al ir recorriendo la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales no solo como enfermera, sino como mamá”, cuenta.
Además, relata que en el libro los lectores “se encontrarán con un proceso que inició hace unos meses, en donde logré mantenerme con vida a pesar de lo crítico del evento. He vivido una lucha conmigo misma, aprendiendo a ser escuchada por mí, primero que nada, y en segundo lugar en mi entorno, sin miedos o temores de ser juzgada criticada o minimizada”.
Una oportunidad única
Uno de los más grandes sueños de Fer, al convertirse en enfermera, siempre fue poder ayudar dejar huella desde su profesión, pero al encontrarse envuelta en varios problemas de salud, sus planes cambiaron: “Tenía tantas ganas de hacer la diferencia. Sin embargo, el tiempo fue desvaneciendo ese sueño y empecé a vivir otros”, indica.
En mayo de 2022 se encontró como paciente en terapia intensiva y relata que la necesidad de expresarse era cada vez más grande. Fue así como tomó su teléfono y comenzó a escribir sobre sus experiencias, lo que sentía y vivía en ese momento.
“Gracias a esto pude tener una válvula de escape, decidí que era momento de tomar al toro por los cuernos y dar cierre a todo aquello que venía cargando y sufriendo de años atrás. Eso me motivó a ver mi vida con otros ojos, a despertar y reconocerme cómo Fer Talayero”, afirma.
Enfermera UP
Fer tiene gratas memorias de su paso por la Panamericana: “Recuerdo a la UP como mi casa, en donde viví tantos momentos, tantas experiencias y tantas historias que me ayudaron a ser la gran enfermera que soy ahora”, comenta.
Señala que precisamente la formación que recibió en nuestra casa de estudios, fue la que dio pie a su crecimiento profesional y la llevó a ser jefa de servicio de la Terapia Intensiva Neonatal y Cunero Fisiológico del Hospital Español.
“Pude hacer cambios dentro de mi trinchera, contagiando ese amor por mi profesión, enseñando la importancia de mantenerte actualizada en todos los aspectos en pro de los pacientes y de su familia”, recuerda.
De igual forma agrega: “En la UP me enseñaron que antes que nada es el paciente, la empatía es fundamental y el conocimiento teórico brindarán las armas para ser punta de lanza en una realidad que nos sobrepasa”.
Transformar el dolor en valor
Debido a su enfermedad, Fer ha tenido que enfrentar vivencias que en los últimos meses le han enseñado a convertir el dolor en valor: “Considero que ese proceso de transformación es un trabajo enorme, porque inicia conociéndose y aceptándose a uno mismo”.
“Fui haciendo del dolor un aliado y aprendí a manejarlo con ayuda de diversas técnicas de relajación y respiración. Sin embargo, el secreto fue conocer a la perfección mi cuerpo y escuchar lo que me pedía”, añade.
Asimismo, declara que otro punto importante es darse cuenta de que tu dolor lo sufre quien te acompaña: “En ocasiones nos olvidamos de lo difícil que es ver a quien amas con dolor. Es importante entablar un canal de comunicación para poder expresar lo que se vive de ambos lados. De esa forma seremos conscientes del dolor del otro”.
Del “por qué a mí” a “para qué a mí”
Fer expone que desde hace 15 ha tenido que lidiar con enfermedades pues desde entonces le detectaron Lupus. Por ello detalla que, durante años, ha vivido todas las etapas de duelo: negación, irá, negociación, depresión y aceptación.
“Estuve por mucho tiempo enojada y deprimida. Lograba distraerme ocasionalmente, sin embargo, estas emociones seguían reapareciendo como fantasmas, debido a que no resolvía e ignoraba todo lo que me molestaba o me hacía sentir mal. No concluía nada y solo hacía que la bola de nieve se hiciera más grande”. afirma.
“Cada recaída era más y más fuerte y me urgía tener respuesta a ese ‘por qué a mí’ (…). Tuve que entender que soy más que una enfermedad o que un síntoma, fue necesario aceptarme al 100% y darme el valor solo por ser yo. Evidentemente no llegue a esto sola, necesite muchas horas de terapia y muchas horas conmigo”, asegura.
A lo anterior añade: “Al reencontrarme siendo una mujer completamente diferente a la de hace años, tuve el valor de tomar al toro por los cuernos y enfrentarme a mi realidad: soy una mujer completa, que ama, que llora, que sabe guardar silencio y escucha, que es esposa y madre, que es feliz”.
Así fue como, según relata, se dio cuenta de que llevaba años haciendo la pregunta incorrecta, pues no necesitaba el saber “por qué”, sino encontrar los “para qué”: “La razón de ser, el motivo. (…) De pronto descubrí que esos ‘para qué’ van y vienen, crecen y son más fuertes, cada día tengo motivos nuevos. La fuerza la encuentras, creo yo, cuando tienes el valor de aceptarte al 100%”, revela.
Un legado para futuras generaciones
Hoy día Fer Talayero se define como una mujer que trabaja todos los días para redescubrirse constantemente y evitar angustias sin sentido: “Soy escritora, esposa, mamá llena de amor, pero sobre todo hoy una mujer feliz”. De igual forma le gustaría ser recordada como “una mujer tenaz que, sin importar las circunstancias, sigue sus objetivos”.
Adicionalmente, para los alumnos de la Panamericana tiene un mensaje: “Recuerden que, independientemente de lo que estén estudiando, cada una de las carreras tienen un factor en común: el contacto con más personas”.
“Sean humanos, escuchen. Mantengan siempre viva esa primera razón por la cual decidieron estudiar que, generalmente, es ayudar, defender o cuidar a otro ser humano. (…) Sean verdaderos humanos, vivan la empatía y den oportunidad de iniciar esa revolución de humanizar nuestras vidas”, finaliza.