Los últimos 70 años han sido testigos de un avance tecnológico en el área computacional sin precedentes. Desde las primeras computadoras que Alan Turing comenzó a diseñar hasta la más reciente aparición de los entornos de realidad virtual, hemos visto cómo muchos de nuestros instrumentos y actividades se tecnologizan cada vez más.
Este cambio ha sido tan radical que se habla de que nos encontramos en una 4ta revolución tecnológica, la cual, por estar tan cerca de nosotros, es difícil de comprender por completo y de evaluar adecuadamente.
Los avances de la tecnología son cada día más grandes
Lo cierto es que nos encontramos inmersos en un entorno en donde los avances computacionales amenazan constantemente con rebasar nuestras capacidades humanas más básicas y son avances, al mismo tiempo, muy impresionantes, pero también aterradores.
En este panorama, no hay que perder de vista que la tecnología sigue siendo el resultado de la actividad humana y que detrás de cada máquina y cada implementación computacional, hay seres humanos que generaron la idea desde su nivel más básico e intuitivo hasta su última materialización física.
Es aquí donde aparece la necesidad de reflexionar sobre estos avances no solo desde la perspectiva tecnológica o ingenieril, sino desde la filosofía, en particular, desde la ética.
La ética es la disciplina filosófica que se ocupa de estudiar las acciones humanas evaluándolas como buenas o malas en términos morales.
A partir de considerar al ser humano como un ser dotado de razón y voluntad que puede elegir el curso de sus acciones, se suelen presentar aparejadas dentro de la discusión ética cuestiones como la libertad, la conciencia, la autonomía y la responsabilidad.
¿Por qué es importante la reflexión ética sobre la tecnología y en especial sobre los desarrollos de inteligencia artificial?
En primer lugar, porque estos desarrollos, desde su generación hasta su implementación, modelarán en buena medida, el tipo de sociedad y el tipo de humanos que somos y que llegaremos a ser.
Se presentarán de acuerdo a una valoración específica y determinarán cuestiones tan importantes como qué trabajos realizarán máquinas en lugar de humanos, por ejemplo.
Desde decidir si se aprueba un desarrollo computacional que podría quitar una importante fuente de trabajo para los seres humanos, hasta proponer que sean robots quienes cuiden a las personas discapacitadas o de la tercera edad, cada avance tecnológico presenta una importante dimensión ética que amerita que todos los miembros de la sociedad, tanto ingenieros como usuarios y legisladores, comprendan qué cambios traerán estos desarrollos y reflexionen sobre si es adecuado o no generar ese cambio, o proponer en qué condiciones debería realizarse.
Objetivos a entender de la Inteligencia Artificial
Por otro lado, la inteligencia artificial, al haberse iniciado como un proyecto en el que se buscaba crear máquinas que emularan a los humanos, ha generado una gran cantidad de mitos alrededor de ella y muchas veces se tienen ideas equivocadas sobre lo que realmente se podrá lograr con las máquinas que usan este tipo de tecnologías.
Esto implica también que, muchas veces no seamos consciente de los verdaderos alcances y riesgos de estos sistemas, por lo que es importante aclarar muy bien cuáles son estos. Por ejemplo, cuando se habla de autos o armas “autónomas” no se entiende a la autonomía del mismo modo en que se entiende a la autonomía humana.
Es muy importante entender las diferencias entre ambas autonomías para poder decidir mejor si se dejará que los autos o las armas se accionen por ellas mismas o no.
Este mes de enero de 2022, la UNESCO publicó sus recomendaciones sobre la Ética de la Inteligencia Artificial (https://bit.ly/3qFeoBf), mismas que constituyen un llamado a toda la sociedad para, desde la ética, reflexionemos sobre el papel que la tecnología juega en nuestras vidas. Vale la pena revisarlas pues es una tarea que, ciertamente, es responsabilidad de todos.
Datos de la investigadora:
Dra. Karen González Fernández
Profesora-investigadora de la Facultad de Filosofía.
Responsable del seminario Lógica, Epistemología y Ética de la Inteligencia Artificial