Ciudad de México, 16 de enero de 2023.- Los nuevos tiempos requieren de saber dialogar, es por ello que el Dr. Vicente De Haro Romo, director del área de Humanidades de campus Ciudad de México, nos habla sobre la importancia del diálogo en la primera temporada de Expertos en Serie, una producción de Comunicación Institucional y el MediaLab de la Escuela de Comunicación, campus México.
La primera entrega corresponde a un extracto de los documentos generados por el Comité intercampus de Identidad y Valores de la Universidad Panamericana. Estos son algunos de los puntos principales que señala el Dr. De Haro:
1. Cultura del diálogo
En palabras del Dr. Carlos Llano Cifuentes, filósofo y empresario fundador de nuestra Panamericana, el Dr. De Haro explica que: “El diálogo es el encuentro de dos maneras de ver la realidad en una misma verdad”. De igual modo indica que éste es un ejercicio que “busca alcanzar colaborativamente, juntos, la verdad”.
“Un diálogo no es una discusión en la que uno se impone a otro y uno gana a medida que otro pierde”, dice el doctor, pues señala que, en un diálogo, a diferencia de una discusión, todos ganan porque nuestra perspectiva crece.
2. Importancia del diálogo en las universidades y en la sociedad
El uso de la polarización resulta para algunos actores políticos y sociales, pero el Dr. De Haro señala que es una práctica que genera desprecio hacia otros individuos o formas de pensar, lo cual atenta contra el diálogo.
Para no caer en ello, sugiere que es importante reaprender a dialogar, “pues al hacerlo nos ayudamos unos a otros a encontrar la verdad”.
3. Obstáculos que nos impiden dialogar
“Para aprender a dialogar hay que ser conscientes de que no todo se puede dialogar y no siempre se puede dialogar”, afirma De Haro. Entre las dificultades que impiden que se lleve a cabo esta acción, apunta que se encuentran el hecho de que una persona no quiera escuchar: “la disposición a una escucha activa es imprescindible”.
La censura o falta de libertad de expresión, pueden ser otros factores que jueguen en contra: “Para que haya diálogo uno tiene que sentirse libre”, afirma. Sin embargo, manifiesta que debe haber respeto e interés por la postura del otro, entre otras características.
4. Desafíos del diálogo
Tal como apuntaba Hans-George Gadamer, el Dr. De Haro dice que “hay que evitar el prejuicio contra el prejuicio”. Sobre lo anterior expone que son prejuicios nuestro lenguaje, historia, expectativas, sueños y temores; y es a partir de ellos que pensamos y dialogamos.
“Los prejuicios son puntos de partida y tienen que ser vistos como posibilitantes y no solo como limitantes de nuestro diálogo y nuestra búsqueda de la verdad”, afirma.
Otro error es, según revela, creer que el relativismo es lo mismo que la tolerancia pues “el relativismo renuncia a la verdad” y con ello un diálogo se vuelve trivial y sin sentido.
5. Tiempo de dialogar
El doctor precisa que, para fomentar una cultura del diálogo, tenemos que manifestar explícitamente nuestra disposición a dialogar en un marco de respeto, buscando la verdad, dando y pidiendo razones.
“La verdad es análoga. Tiene un factor de unidad y mucha diversidad”, apunta. Asimismo, expresa: “El diálogo empieza siempre por lo compartido, no por lo que nos divide”. Añade además que es importante enseñar a los jóvenes a expresar sus ideas con firmeza, amabilidad y simpatía.
Diálogo entre diversos actores
De manera adicional Vicente De Haro nos comparte cuál es la importancia del diálogo entre distintos actores de nuestra comunidad universitaria:
a) Estudiantes: “la importancia educativa y humana del diálogo entre compañeros de estudios es a menudo minusvalorada. En el diálogo entre estudiantes no sólo se aclaran dudas antes del examen, sino que se forma comunidad, se dan a la vez la búsqueda de la verdad y el encuentro personal, germen de la amistad, de una manera particularmente auténtica, libre y enriquecedora”.
b) Académicos: “el diálogo disciplinario e interdisciplinario entre académicos es el corazón de toda universidad. Parafraseando a algún filósofo, yo diría que el académico que no quisiera dialogar con sus pares sería como un boxeador que se negara a subir al ring”.
c) Investigadores: “creo que en la labor de la investigación es muy notorio que sin diálogo no hay aproximación a la verdad. Ésta es rica, multifacética, compleja, por lo que acercarse a ella es siempre una tarea cooperativa. Corregir y superar los errores es imposible sin ayuda de otros, la ayuda de la crítica, de la otra perspectiva, la experiencia de contraste de la alteridad”.
d) Colaboradores: “la colaboración humana es siempre dialógica. Trabajar juntos es mirar juntos en la misma dirección y esto se da en el diálogo. El diálogo auténtico, amable, respetuoso, orientado a la verdad y al bien y condición de posibilidad de la amistad, es una de las formas en que se encarna la trascendencia del trabajo humano”.